Nuestro Carisma
Un carisma es una gracia especial que el Espíritu Santo dona para el bien de la Iglesia.
Los hermanos menores sentimos la responsabilidad evangélica y franciscana de recrear, en nuestro tiempo, una espiritualidad tan fascinante y siempre fresca, compromiso que lo llevamos con el riesgo constante de trasgredir lo auténtico y esencial del místico de Asís.
Cómo compaginar la “riqueza” de nuestros orígenes: minoridad, sencillez, sacrificio, austeridad, etc., con la vida actual de los franciscanos poseedores de grandes conventos, emisoras, centros educativos.
Desde una mirada superficial, y quizá lo más evidente, puede verse como una incoherencia; sin embargo, si recordamos que somos “Orden de Hermanos Menores” como escogió Francisco el nombre para el grupo de hermanos, la concepción tiende a atenuarse.
Nuestra vocación de “menores” se debe a la vocación de Francisco de vivir el Evangelio como menor entre los menores; es decir, de vivir entre los “excluidos” y ser uno de ellos.